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La vida

La vida es bella, es mi lema en estos apenas 20 años de vida. Para mí, la vida es una ruleta, una ruleta de la suerte. Muchos lo llaman injusticia, otros desigualdad, otros le echan la culpa al gobierno, pero para mí, es suerte.   La buena suerte que tuvo el niño que nació en una familia adinerada, con lujos por todas partes, aquel niño que nunca va a aguantar hambre y que va a querer todo. Y la mala suerte que tuvo el que nació en Siria y fue asesinado por un misil a los tres meses de vida o el que nació en una familia pobre, la cual aguanta hambre, sin trabajo y otra boca nueva que alimentar. Lo bello de la vida es que a veces, ese niño que nació en la familia pobre, es más feliz que el niño de la familia adinerada, pero, ¿por qué? La respuesta es muy simple, valora más la vida, con pequeños detalles es feliz, con tener una familia y un techo donde vivir, él es más agradecido con la vida y disfruta cada instante de ella. La ruleta de la vida, me hizo entender, que solo es  

Lilo

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Han sido más de diez años viviendo solo con mi mamá, una vez llegó un cachorro, un Beagle, ¡Ese sí que hizo daños! Nos estaba saliendo más caro el sostenimiento del perro que de nosotros mismos, no estuvo más de un mes.   Desde ese entonces el que se quedaba solo en la casa no tenía a quién molestar, ni con quién hablar (aunque no entendiera), pero pasó lo inesperado, mi mamá se antojó de otra mascota, me comentó que en el colegio de ella había una gata que tuvo gatitos en el techo, y que le daba miedo sacarlos, pero que cuando los sacara, iba a traer uno para la casa. Que miedo. Yo pensé ¿si un perro nos hizo daños, ahora un gato bebé? Dios mío. Es una gata, muy pequeña, un mes y una semana de nacida, fue complicado escoger un nombre pero al final mi mamá me dijo que si no le ponía uno ya, ella le iba a poner   “Lola”, ese nombre no me gustaba, pero al escucharlo se me ocurrió Lilo, como la de Lilo y Stich, y así quedó. Lleva dos semanas en la casa, aún no hace daños, es muy j

Para Daniela

Para Daniela: Hola Dani, hace tiempos te dije que tenía algo que escribirte con respecto a tu viaje a Francia, tu escrito llamó mi atención y quiero darte una respuesta a ese escrito por este medio. En parte porque me sentí identificado con tu escrito, es lo que pensaba yo hace unos años en mis primeros viajes, y segundo porque he estado dos veces en Francia, es un país muy lindo y hay que saber disfrutarlo. Primero, me alegra mucho el hecho de que hayas aceptado ese reto para tu vida, viajar a otros países nos llena de conocimiento cultural y experiencias de vida inolvidables, conoces gente, costumbres, nuevos amigos, comida nueva, en fin, muchas cosas nuevas. Antes de darte unos consejos, quiero responder (desde mi punto de vista) la pregunta que mencionas al principio: ¿No les ha sucedido que han esperado algo un tiempo y cuando se da no están seguros si es lo que en realidad quieren? Claro que me ha pasado, y es completamente normal, y hay una palabra con la que descri

China

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China China, la segunda potencia mundial; es el país que más he visitado,   El conocimiento y la experiencia adquirida han sido fenomenales y nunca   he escrito sobre ese país, ¿por qué no hacerlo ahora? Mi primera vez fue en 2015, apenas tenía 17 años, era   un lugar que ni en mis sueños creí que iba a visitar, pero fue así. Visité el país más poblado del mundo, unas de las culturas más misteriosas, raras y cuestionables. Me había imaginado algo de otro mundo, celulares nunca antes vistos, tecnología súper avanzada, carros y trenes voladores, pero no fue así. El mismo celular que estaba saliendo a la venta   en China era el mismo celular que estaba saliendo a la venta en Colombia, y así con todo. La primera ciudad que conocí se llama Guangzhou. El aire se sentía pesado, sucio y difícil de respirar, muchas personas con tapabocas. Una de las mayores impresiones que me llevé de esta ciudad   fue la manera en qué está diseñada, fue una ciudad pre-diseñada, y nosotros la llam

Domingo 25 de marzo

Domingo 25 de marzo -Estás muy linda hoy, Abuelita  -Gracias por las flores, aunque marchitas. Hoy,  domingo 25 de marzo, primer ves en mi vida que entro a un hospital a visitar a alguien, nunca me ha gustado, me daba miedo, pero hoy fue mi turno. Estoy sentado al lado de mi Abuela, nunca me había sentido así, nostálgico, confuso, con miedo, extraño. Cuándo llegué, me quedé mirándola, recordé los días, meses y años que estuve junto a ella. Desde los 5 hasta los 11 años viví con ella, me daba el desayuno, almuerzo y comida. A veces discutíamos, porque solo había un televisor, ella quería ver las noticas y yo quería jugar play.  ⁃ Estás muy linda hoy, Abuelita ⁃ ¿Yo tan vieja y arrugada? ⁃ No te imaginas cuánto. A veces,  la llamaba “Mita”, no sé quién me enseñó a decirle así o por qué le decía así, solo sé que lo hacía y ella me entendía. Después de viejo, me di cuenta que era el diminutivo de “mamita” y así suelen llamar a las abuelas, probablemente mucha

Una entrada tardía, Alejandro.

Una entrada tardía, Alejandro. Debía una entrada, de febrero, esa de la exposición de trabajos de grado, a la cuál si fui, pero en realidad no estuve allí. Llegué un poco tarde, pero aún no había comenzado la conferencia, me senté solo en la parte de atrás, me quedé mirando a una profesora, ella me miró y me guiñó el ojo, me puso nervioso, miré a otro lado y me distraje. A los cinco minutos vi llegar a Alejandro, mi mejor amigo, hace dos semanas no lo veía, me puse feliz, quité mi bolso de la silla de al lado para que se sentara, y así fue. Desde ese momento, solamente con la mirada, sabíamos que no íbamos a prestar atención a las exposiciones y comenzamos a hablar, en voz baja, por supuesto. Alejandro, el ser más egocéntrico que he conocido en mi vida y sin duda, una de las mejores personas que he conocido en mi vida. Él, es quién ha estado a mí lado durante los últimos tres años de vida, y juntos hemos aprendido a perdonar, a ver la vida diferente, a tener amor propio, a solu

Mujeres

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Aproximadamente hasta los 11 años,   creía que iba a pasar el resto de mi vida con mi mamá, a quién debía entender, amar, abrazar, consentir, respetar, tolerar.   Y, por supuesto con quién iba a discutir, debatir, alegar, llorar y reír. Ahora que tengo 20, me doy que ese era solo el comienzo. Las mujeres que han pasado por mi vida, me han hecho sentir la vida, sentir que soy débil y vulnerable, fuerte y capaz, lindo y feo, insuficiente y más que suficiente. Comentarios como: “lo siento, no eres de mi gusto” y otros como: “eres el mejor hombre que he conocido” son los que me motivan a seguir con mi sonrisa sincera a todas ellas, auténticas e inigualables. Para mí, todas están locas, y eso, me enamora. Me gusta conversar con ellas, conocer sus miedos, sus historias, sus experiencias, sus vidas y aprender. Aprender que tan malas pueden llegar a ser y al mismo tiempo que tan buenas. Me gusta escuchar sus historias de infidelidades y también cuando   golpearon, insultaron, dejaron y